Existen infinidades de razones por las cuales personas como nosotros querrían quejarse de algo que en la cotidianidad de su comunidad vieran o vivieran. Debemos admitir que nuestro sentido “crítico” de ver la vida, nos ha significado convertirnos paulatinamente en sujetos inconformes y en algunos casos conflictivos ante algunas circunstancias; pero como dicen por allí…¿Que mas da?…
¡Benditos sean todas las posibilidades que existen en la actualidad para que estas almas pecadoras y poco ortodoxas puedan manifestarse!
…Bendito sea Calle Shortbus.
Resulta pasa y acontece, que el pasado sábado 31 de enero, un par de amigos y yo quisimos disfrutar con un mas amplio grado de libertad, nuestra identidad y nuestro deseo de compartir en pareja y sin que fuéramos víctimas de burlas o linchamientos una noche de rumba, por lo que decidimos acercarnos a uno de los tres únicos lugares medianamente decentes que se pueden encontrar en la ciudad Heroica.
